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Sobre mi

Amancay Diseño de Zapatos, un poquito de historia


Me recibí de Diseñadora de indumentaria en Neuquén, en 2006. Inconforme con el diseño de prendas, quise seguir por otro lugar y qué mejor que por los pies!

Estuve capacitándome en una zapatería de la zona, aprendiendo el oficio de manera artesanal, conociendo gente increíble en el proceso, apasionados también por el rubro. La primera vez que “salí a caminar” un par de ojotitas de descarne gamuzado hechas por mi, me di cuenta de que eso era lo que quería hacer. Me iba a dedicar al Diseño de Calzado, estaba decidido.

A principios de 2007, me fui a estudiar a Bolívar, provincia de Buenos Aires. Hice un curso de aparado (costura), aprendí serigrafia, bordado en máquinas industriales, y otro montón de cosas que la gente de la Escuela Municipal a la que asistí me enseñó. Tuve la suerte, también ahí, de encontrar gente maravillosa que fue contagiándome cada vez más de este amor por el rubro.

A mediados de ese año, mi búsqueda por adquirir otros conocimientos necesarios para desarrollarme en este oficio me llevó a Capital Federal. Ahí pude incursionar en varios cursos y capacitaciones referidas al diseño. Aprendí moldería, armado, conocí materiales y más adelante comencé a trabajar en un taller-escuela que me brindó aún más conocimientos sobre el rubro y sobre tantas cosas más. A mediados de 2009, a un año y medio de trabajar ahí, decidí abrirme para buscar mi camino de manera independiente.

Desarrollé mis diseños, incursioné nuevamente en capacitaciones, viví un poco más de la ciudad y el rio Limay me llamó. Qué mejor que crear y construir en mi lugar, en mi ciudad con todo lo que amo cerca.

Así fue como en Marzo de 2010 ya estaba instalada de vuelta en Neuquén, lista para producir. Desde entonces. Diseño y fabrico de manera artesanal en esta ciudad que no me dio la espalda, a la cual le estoy agradecida. A su gente, que valora el esfuerzo detrás de cada par, que reconoce el tiempo invertido que hay en cada producto. A vos, que te tomaste unos segundos para leer esto y conocer un poquito más de Amancay, diseño de zapatos… A vos, gracias.



Amancay, Taller de Calzado


Desde que volví a mi ciudad natal, Neuquén, di clases. De una manera u otra, con más o menos alumnxs. Mi primera alumna tomaba clases en el comedor de mi casa. Las ganas de ella de aprender y las mías de incursionar en la enseñanza, eran mucho más grandes que el espacio y los recursos.

Actualmente tengo varios grupos de clases, y he tenido muchxs alumnxs a lo largo de los años. Siento que es un espacio necesario para conectar con otros, aprender y compartir.

Las clases son un lugar de encuentro, en el que la excusa, es hacer zapatos. Realizar con las manos algo tan complejo y fundamental como lo es el calzado que usamos, tiene algo de magia, que da lugar a que, en cada grupo, todxs puedan ser y hacer. Encontrar un espacio de desahogo, de desconexión del resto del mundo, de conexión con ellxs mismxs. Un espacio distendido en el que mi objetivo es que cada unx logre materializar sus ideas en zapatos, mientras disfruta del proceso. Y para mí, enseñar es aprender siempre algo nuevo. Un desafío constante lleno de gratificaciones.



Sello de Buen Diseño Argentino


En 2020 diseñé un modelo de sandalias con la idea de que un solo par, pudiera convertirse en miles. Unas sandalias infinitas.

Las llamé sandalias MiMa. La idea vino una mañana, cuando elegí de mi zapatero, un par de sandalias de plataforma que me había hecho recientemente, en color nude… las precursoras de las MiMa. Pensé, “son muy cómodas y prácticas. Las tendría en todos los colores. ¿Pero… donde las guardo?” (mi zapatero, explotado ya de calzado, lógico)

Así surgió la idea. El desarrollo tuvo sus inconvenientes, pruebas y errores, aprendizajes, hasta que finalmente nacieron las MiMa. Con fajas intercambiables mediante broches. Las posibilidades, infinitas. Muchos colores, un solo par de sandalias.

Al año siguiente, presente el diseño en la convocatoria del Sello de Buen Diseño Argentino. El diseño obtuvo la distinción y fue un orgullo para mí que este proyecto fuera visto, evaluado y valorado por otros diseñadores. Son las satisfacciones que ofrece esta profesión, detrás de mucho esfuerzo y constancia, la recompensa en la valoración de nuestro trabajo.


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